Hacia Bad Bunny y más allá: EL ÚLTIMO TOUR DEL MUNDO

Esto no es (solo) un álbum review. Esto es un manifiesto. Cada vez que Bad Bunny saca un álbum el anti-puertorriqueñismo sale a pasear pero FEO. Digo anti-puertorriqueñismo porque es una combinación de racismo, clasicismo, ahistoria, y desdén que se combinan en esta cosa que intenta pulir el colonialismo y a Bad Bunny como un caso de estudio y SOLO como un caso de estudio. Yo también me retiraría a los 26 si tuviera que bregar con esas.

EL ÚLTIMO TOUR DEL MUNDO es un proyecto íntimo, decisivo y netamente puertorriqueño. El álbum no tiene palos tipo Safaera o La Romana para que esta gente pueda consumir música y cuerpos puertorriqueños sin contemplar por un minuto las realidades puertorriqueñas. La tristeza puertorriqueña y el amor a pesar de es algo íntegro de la música de Bad Bunny, y es algo que se ve clarísimo en este proyecto encuarentenado.

Comenzando con EL MUNDO ES MÍO (y tuyo) que nos recuerda que las expectativas que tienes de él son nulas. ¿Qué más el tipo tiene que hacer para que la gente caiga en cuenta que el hace lo que le da la gana? ¿O acaso pararon de escuchar el último álbum cuando la cosa se salió del tropipop comercial por el que se babean? No me extrañaría. Las letras de esta canción son fronteo full, pero la pista es oscura, lenta y triste. Es el último intento de quitarte a alguien de encima antes de rendirte del puro cansancio de escuchar a alguien jeringarte en el oído por años. También nos recuerda que nosotros somos parte de su historia, nos guste o no.

Transicionamos del mundo es tuyo hacia un ya no te veo, pues, TE MUDASTE. Classic Benito. Las cosas reventaron, pero no la puede olvidar y todavía hay ganas o cariño o las dos. Si establecemos la metáfora del interés romántico como la audiencia de Bad Bunny, establece la invasión de la opinión pública en su mente y el abandono que siente al salirse de las expectativas y la audiencia demostrar lo que cubría. Entonces el “No me molesta ser tu chillo” es una invitación a la audiencia continuar la relación en secreto. esta pista también se va rápido y tiene el mismo vibe triste y oscuro que la anterior, ahora con la ayuda de un synthesizer medio vintage que se come el beat café-con-pan clásico del reguetón. La transición es super fluida y nos adelanta la fusión de géneros y sonidos por venir.

HOY COBRÉ trae el primer giro sorpresa del álbum. Yo soy bien fan de este tipo de canciones, fronteo ricos en las letras y con una pista sencilla, las cosas como son. El tono oscuro persiste aquí hasta el “diablo ya me fui” donde de verdad se empieza a soltar, particularmente con su voz. El segundo “el precio ni voy a preguntar” donde rompe su voz, un elemento característico de su música, me llega. Nunca lo he escuchado romperla tanto y hacerlo en un momento donde se supone que la letra denote libertad y un no me importa abre preguntas sobre no solo la canción en sí, pero sobre ponerla justo antes de una llamada MALDITA POBREZA.

Esta es una de las canciones más curiosas del álbum, pues cuenta una historia de la cual Benito no es participante. Me recuerda a Consejo de La Secta, pero una versión mucho más misericordiosa hacia el personaje principal. En el segundo verso “…Pero no encuentro trabajo en lo que estudié…” ilustra perfectamente la situación de muchos jóvenes puertorriqueños. Casi toda la gente que conozco en la isla anda en esas, y cuando yo vuelva asumo estaré en las mismas. Pero lo intrigante aquí es el sueño sobre explotar el capitolio por su monopolio. El sueño no es uno de trabajar, de subsistir en un sistema roto, si no que el de explotar el sistema mismo. Me parece imperativo mencionar que “y ante de despertar exploté el Capitolio” inevitablemente invoca al tiroteo en el capitolio de Estados Unidos en el 1954 por nacionalistas puertorriqueños, incluyendo la incomparable Lolita Lebrón quien dijo que ese dia fue no a matar, si no que a morir por su patria. Uno hace lo que se tiene que hacer pa ganársela y no hay arrepentimiento, demostrado con el cierre de la novia llegando al velorio en un ferrari. La armónica melancólica pareada con los tiros nos cierra agridulcemente para lo próximo.

Confieso que no soy fan de Rosalía, más bien por lo que representa que por su música, a la cual soy bastante indiferente. Entiendo por qué ella fue la elección para LA NOCHE DE ANOCHE, pues su voz ahogada complementa bien la canción (con excepción de un momento pero a eso le llegamos) y todo se lo perdonamos por el pre-coro de este palo. La repetición de “Y ya me ha pasao” la sentí en los huesos mano. No es resignación como tal pero tampoco aceptación. Son solo los hechos y a veces lo más vital es reconocer que pasó, y ya. Nada puede comunicar ese cansancio como que escuchar a Rosalía intentar…¿rapear? Honestamente no sé cómo llamarlo, pero creo que su verso sola es un crimen, la peor infracción el “¡Wuh!” que me saca de la galaxia de lo inexplicable que es.

Considero TE DESEO LO MEJOR más un interludio que una canción. No es la canción más corta pero su meta es la pequeñez. Una canción tipo ‘tu mereces mejor que yo’ tiende a estar destinada a ser falsa, a que el performance del perdón valga más que el cualquier arrepentimiento o reflexión. Pero al enfatizar “por si escucha esta canción” le quita la presión de perdonar a quien le canta. Ya no es espectáculo, si no que reconocimiento de cómo ha fallado y cómo entiende que ha fallado: “y por mi ahora ere peor”. La canción que lo puso en el plano, su origen, ahora tiene que pagarlo. El ciclo de las cosas y todo eso.

La princesa pop punk dentro de mi vive para momentos como YO VISTO ASÍ. El mensaje es sencillo y directo, no me importa y hago lo que quiero con toda la furia que me ahogo a diario. De regalo de graduación le voy a pedir a mis padres una batería y esta canción es la primera que quiero aprender porque despierta absolutamente todas mis neuronas. Bad Bunny empuja su voz a lugares que nunca antes ha explorado, y valió la pena. Me verás gritando “Y le prendiera fuego al que criticara si repetía” mientras brinco en mi cama. Si hay alguna canción que solidifica a Benito como ícono cuir, podría ser esta. “Yo hago lo que quiera, cabrón, es mi vida, ey / Como Juan Gabriel cantando “Querida / Nunca dejo que el odio decida” me llevó a un espiral de teorías nivel casi de conspiración y la conclusión fue que los Boricuas Cuir amamos a Benito por algo. Podría enterrarme aquí a hablar sobre teoría cuir y performance y mil cosas más, pero no le debo explicaciones a nadie. Si sabes, sabes.

Quiero volver a traer la teoría de que HACIENDO QUE ME AMAS no es solo sobre una relación amorosa, si no que la relación que Bad Bunny tiene con el mundo. este álbum parece ser una especie de retiro (de verdad creo que él vuelve en pal de años fresco) y la canción ilustra el fin de esta etapa de su carrera. Digo mundo y no su fanaticada porque los que aman a Benito lo aman casi incondicionalmente, los que aman a Bad Bunny aman consumirlo, y cuando él se pasa cambiando la jugada el gustito se les va. Lamenta “Y si ya se acabó / no lo ocultes dimelo / no lo hagas peor / haciendo que me amas” en el coro y se me hace imposible no pensar en los que aman SAFAERA pero no aguantan P FKN R. Claro, reconoce los buenos tiempos y que no hay resentimiento, pero se necesita distancia para reconstruirse. También es el giro del disco, donde empieza el double down boricua. Me atrevo a concluir que “Pero nunca olvide de quien tu ere” es de Pe Erre, ni hombre ni mujer, solo patria. Si hay algo que es una verdad absoluta de Benito, es que el chamaco ama a Puerto Rico.

BOOKER T es una canción extremadamente peligrosa porque me siento completamente invencible escuchándola. ¿Se acuerdan del double down boricua? Aquí dispara desde el verso uno y no para hasta que acabe el álbum. Yo ODIO bailar La Pelúa, pero esto me tiene reconsiderando. Si no eres boricua, no creo que entiendas lo mucho que me voló “El prepa que les tiró Barbasol”, pues yo de prepa estaba tan ATERRORIZADA a que me bañaran en Barbasol esa primera semana de la universidad que no fue hasta que escuché esta canción que consideré que la situación se podría virar. Lo mejor que puedo escribir sobre esta canción, ya él lo dijo: “Yo no hago cancione, hago himnos pa que no caduquen”. 

La escalada musical en LA DROGA complementada por el coro perfecto la hace una experiencia completa. La guitarra aquí es la versión punk de hacer la guitarra llorar. El headbanging que causa esta droga es un hazzard a mi circulación cerebral. De verdad creo que es una canción perfecta, no digo más.

Súper interesante que sólo tuvimos un sencillo antes del álbum, y DÁKITI era la que era. Esta canción es puro vibes. ¿Vibes de que? Simplemente vibes mi pana. Y con Jhay Cortez, la futura super estrella del género, lograron un junte explosivo que invoca al equipo olímpico de baloncesto de Puerto Rico que le ganó al Dream Team de Estados Unidos en las olimpiadas de Atenas en el 2004, la primera derrota de EEUU desde que se les permitió a los jugadores de la NBA participar. La pista no cede ni un segundo, el retumbe del bajo anclándonos en un presente fuera del caos del 2020.

TRELLAS nos ayuda bajar las revoluciones un poco con un romantiqueo tipo la serenata que tu pai le llevó a tu mai y de vez en cuando les pone el cassette pa que escuchen. La sinceridad y vulnerabilidad abundan aquí. La suavedad de las letras, la voz y los sonidos de la naturaleza nocturna me hacen sentir que estoy en algún monte contando constelaciones y sintiendo que el amor no es sólo posible, sino que también inevitablemente enorme.

SORRY PAPI, la secuela espiritual del go-to encuarentenado YO PERREO SOLA, esta vez con un spin retro. Yo no soy para nada ochentera pero el álbum me tiene entiendo a los que sí. Aquí también está el ambiente espacial, extraterrestre sonoro, y si eso es lo que vamos a traer de vuelta de los 80s, vamo allá. Porque dejar a la tipa que no quiere contigo quieta no es solo cuestión del reguetón o trap. No sería un review mío de Benito sin mencionar cómo los versos “alguno piensan que es de Venezuela / pero es de PR, ahí está la candela” encaja con la visión y consumo de Bad Bunny por el resto de latinoamérica. De nuevo, PR, siempre en la casa, siempre claro.

120 tiene que ser otra de mis favoritas. Está en la clara y tiene una energía ride or die que yo añoro de todos mis tipos de relaciones. Está hiperpresente la honestidad que me hace amar el género. La labia, el flow de alguien diciendo la que quiere contigo acompañado de subtexto que llamarán confuso pero igual sigue siendo un tipo de amor o cariño: “después a la normalidad volvemo sin decirno ‘te amo’”. Antes de que me tilden de delirante por sugerir que esta ambigüedad o confusión equivale amor, quiero enfatizar un verso anterior “a to el mundo le pichamo / porque nadie sabe lo que tenemo” y al cambio en la pista al “te amo”. La declaración se queda en el aire para que la contemples en el silencio del lighter y el motor del carro. Eso grita ganas, como mínimo.

ANTES QUE SE ACABE me hace llorar. Punto. El documental de Walter Mercado me hizo llorar. Punto. Necesito recalcar la presencia de otra referencia a otro ícono cuir al cual nunca se le pudo definir. Lo indefinible le fascina a Bad Bunny, pero más el ‘atrévete a definirme’ que plantea en cada salida como artista. Pero siempre lo hace muy consciente del costo. En “Pa darte problema mejor te doy un beso” resuenan los ecos de TE DESEO LO MEJOR y HACIENDO QUE ME AMAS pero aquí se sale al otro lado, salió el sol, y eso, como todo lo demás, se celebra. Ese verso también es la última vez que escuchamos la voz de Benito en el álbum, literalmente una despedida de beso. Todavía queda algo de nuestra historia por recorrer, esta vez sin él, pues las cosas no acaban cuando acaban. En vez, le cede el cierre de la canción a Walter Mercado, su “Amor” reverberando como otro fuego artificial navideño.

Y sabemos que es navideño pues cerramos el álbum con la canción de Bad Bunny favorita de tu abuela, CANTARES DE NAVIDAD por el Trío Vegabajeño. Benito es de Vega Baja y cerrar con ese nod a su pueblo me estruja el corazón. La canción fue originalmente compuesta por su tocayo y fundador del Trío Vegabajeño, Benito de Jesús, un hombre, en efecto, puertorriqueño (por si ven algo flotando por las redes de lo contrario). Esta es una de esas canciones que no sabía que me sabía y no puedo escucharla sin hacer el güiro fantasma. El ramillete nos recuerda que este año, este maldito año, pronto nos deja como parece dejarnos Bad Bunny, pero que vendrá otro, tal vez tan complicado y difícil como este (o no, todavía no sé leer los astros). La cosa es que viene algo, siempre viene algo y a menudo eso tiene que ser suficiente.

Por Laura Andrea Vázquez López

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